El orgullo es una palabra que deriva del francés Orgueil. Es un sentimiento de valoración hacia uno mismo, se basa en el «YO» y en el «EGO».
Todo diseñador debería de ser orgulloso de sus trabajos, quizás no sean los mejores, pero la satisfacción de hacer las cosas bien, deben estar por encima de todo. En mi caso siempre que he hecho un trabajo, procuro que quede lo más impecable como sea posible, para satisfacer mi deseo.
Desde el colegio o la universidad, siempre he sido orgulloso de todo lo que he hecho, es una competencia a nivel personal (La adrenalina y la sangre caliente fluyendo por las venas), pero el deseo de hacer algo único y productivo, era parte del reto de presentar cualquier trabajo, uno no compite por una calificación, da lo mismo si te ponen un 10, una A o un 100, o cual sea que sea el valor en tu país de origen. Uno sólo quiere ver un suspiro, una sonrisa, una cara de admiración, La calificación depende de otros factores, como si le caes bien al jurado, profesor, etc.
Pero lo realmente único es cuando la gente cree en lo que haces, voy a poner un ejemplo de mi época de estudio en la Universidad Hispanoamericana, por aquél entonces tenía la ardua tarea de hacer un trabajo sobre un museo, el Museo de los Niños en Costa Rica, la prueba consistía en elaborar un brochure, con todas las actividades, y los desafíos eran generar como 15 vectores propios, en esa oportunidad yo hice más de la cuenta, contabilice unos 28 o 30, pero lo hice porque amaba la temática, era todo muy educativo con planetas, cuentos, ciencia, etc.
Como diseñador sencillamente me volví loco disfrutando lo que hacía, cuando llegó el día de presentar el proyecto, como iba muy ajustado de tiempo, me vi imprimiendo todo el trabajo unas horas antes de entregarlo, acudí a un negocio que podía imprimir en láser, para que todo quedara más elegante. Después de imprimir mi trabajo, el dependiente se acercó a mi y me dijo: «¿Esto es oficial verdad?». Y yo simplemente sonreí.
En la prueba de grado uno de los jurados, tenía algún odio hacia mi persona y me colocó un 80 de nota, un 80 sobre 100, era la nota mínima para lograr aprobar esa prueba. Y la verdad no me importó, pasan los años y lo que recuerdo es la cara de ingenuidad de aquél dependiente alabando mi trabajo sin siquiera darse cuenta que era para una simple prueba.
Nadie debería tratar de eclipsarnos, uno no sabe como la gente ha llegado donde ha llegado, a veces con ayudas, a veces por sus condiciones socioeconómicas, el talento y la dedicación, pero sobre todo la perseverancia, están por encima de cualquier cosa. No se necesita ser el mejor, se necesita estar, ser feliz con lo que se hace y mejorar, para que los otros hablen de uno.